Empate al rojo

Audax y Magallanes son dos elencos de rico pasado y permanente afecto futbolero. El público los sigue y en las reuniones sabatinas suelen ser los que llevan más adeptos y los que ponen una nota de color con sus pendones, gritos y su tradición.
Al enfrentarse, dieron lugar entonces a una contienda muy vitoreada, con excelente marco y de una intensidad que a la postre significó su característica. Porque Audax y Magallanes lucharon desde el primer instante, con denuedo, a todo vapor, como si en realidad se estuviesen jugando algo serio. Y ese ritmo vertiginoso fue el que permitió ala larga que Audax empatara un partido que parecía perdido.
Nos explicamos.
Magallanes llegó a ir dos a cero -un taponazo soberbio de Ampuero y un cabezazo justo de Gutiérrez- gracias en gran parte a la tarea de ese triángulo ya elogiado que conforman Ampuero, Héctor Torres y Yávar. La defensa marca bien, Shiro se ha familiarizado admirablemente como zaguero lateral y todos cumplen con obediencia y astucia, pero son esas tres aristas las que conforman el triángulo vital de la vieja academia. Mientras tuvieron energías para controlar el ímpetu de un Audax, que hace recordar al del 51, por simplicidad de juego, velocidad de procedimientos y espíritu de combate, Magallanes se vio mejor, llevó las riendas y dio la impresión de ganar el partido. Más aún si el minuto del descuento itálico el juez expulso a Parra por foul descalificador a Ampuero. No daba la impresión Audax en esos instantes de tener arrestos y posibilidades suficientes para volcar un match que ya en igualdad numérica le había resultado desfavorable. Sin embargo, tuvo lo principal para conseguirlo. Empuje, resistencia... y velocidad. Con un hombre menos, Audax quebró físicamente con su esfuerzo anterior a los hombres claves de Magallanes -léase Ampuero, Yávar y Torres-, fue Tapia entonces, y Vásquez y Vargas, los que asumieron el control de medio campo para inquietar a Ojeda con corridas personales, pases rectos a Salas y Díaz o disparos ambiciosos. Así salió el empate, notable maniobra de Vásquez y disparo oportuno de Vargas, y así pudo anotar Salas el tercero, cuando remató sobre la marcha y Ojeda rechazó a tiempo.
Sentimentalmente hablando, hubiese sido un triunfo muy celebrado, pero bien miradas las cosas, entendemos que el empate estuvo bien. Magallanes fue más cuadro durante una hora y Audax tuvo el premio que se merecía por su bravura, su reacción y su fútbol.

Por JUMAR


Pormenores

Domingo 24 de Noviembre de 1963
Estadio Santa Laura
Público: 11.284
Recaudación: 10.465,50 Escudos
Arbitro: J. Amor
Preliminar: S. Morning 3 Everton 1

Audax Italiano: Rivera; Gallardo, Zuleta, M. Ramírez, Lespinasse, Tapia; Vargas, Parra, Díaz, Salas y A. Vásquez.
Goles: 54', Díaz - 66', Vargas.

Magallanes: Mario Ojeda; Víctor Santis, Gonzalo Carrasco, Noberto Shiro; Alfredo Zuñiga, Roberto Ampuero; René Stuardo, Héctor Torres, Juan Gutiérrez, Guillermo Yávar y Luis Ibarra.
Goles: 27', Ampuero - 51', Gutiérrez.

Fuente: Revista Estadio Nº 1070